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Publicado el 03-07-2007 por Montse Mateos / Madrid.
Vale por él.
El portal del empleado es un canal básico para que la información fluya. Núria Vilanova, presidenta de Inforpress, asegura que, aunque ayuda, no sirve si en la empresa no se fomenta la comunicación interpersonal y se cuenta con el apoyo de la dirección.
Más allá del uso de las herramientas tecnológicas y del portal del empleado, ¿es la comunicación interna una asignatura pendiente en las organizaciones?
La comunicación interna es una disciplina que día a día va cobrando más protagonismo en las organizaciones, pero a menudo se estanca en la simple creación y desarrollo de herramientas, por ejemplo el portal del empleado.
En este sentido, podemos decir que es una asignatura pendiente para algunas empresas. En concreto, para aquellas que se limitan a mantener determinadas herramientas sin dotarlas de una función estratégica, es decir, sin que formen parte de un plan estructurado en este sentido que responda a unos fines y esté alineado con los objetivos del negocio.
Las empresas que apuestan por una comunicación interna estratégica están adelantándose al futuro, en el que será tan importante para el negocio como ahora lo son el márketing, las relaciones públicas y la publicidad.
¿Qué canales son los más adecuados para que la comunicación y la información sea una realidad en la empresa?
No obstante hay un canal que es común a todas las organizaciones y que es el que ofrece más credibilidad al cliente interno: la comunicación interpersonal. En todas las organizaciones es fundamental cuidar este aspecto, sobre todo entre los directivos y mandos intermedios.
¿Qué efectos tiene la comunicación en la generación de compromiso y en la satisfacción del empleado?
¿Qué lugar debe ocupar el área de comunicación interna en la organización?
La necesidad de desarrollar la comunicación interna suele surgir en el departamento de recursos humanos, pero el know how se sitúa en el área de comunicación. A ello se suma el auge de los canales online de los que muchas veces es propietario el departamento de sistemas. Todos estos factores pueden condicionar el lugar en el que se emplace dentro del organigrama e incluso la composición de sus órganos, pero el verdadero valor de esta función está en su consideración estratégica dentro de la organización.
A partir de los resultados de sus estudios, ¿qué papel desempeña la alta dirección en la comunicación interna?
El papel de la alta dirección es crucial. De hecho, un plan de comunicación interna perderá su valor estratégico si no cuenta con el total apoyo y compromiso de la cúpula: en este proceso la herramienta más importante es el liderazgo directivo.
El IV Estudio sobre la Comunicación Interna en las Empresas Españolas que llevamos a cabo revelaba que el compromiso del 90,7 por ciento de los directivos con la comunicación interna mejoraría los resultados de la empresa.
¿Qué recomendaciones daría a un director de recursos humanos para que la comunicación interna sea una realidad en la empresa?
Ante todo que profesionalice la función, que se forme él mismo y a su equipo en esta materia. Después, necesitará investigar para conocer la situación de partida en su organización y comenzar a elaborar su plan de comunicación interna. El tercer paso es trabajar en procesos: fomentar el liderazgo directivo y la participación de los colaboradores. Esto se logra implantando canales y herramientas efectivas y aplicando técnicas de márketing interno.
¿Hasta qué punto contribuyen las actividades lúdicas corporativas -jornadas de outdoor training o convenciones- a potenciar la comunicación en la empresa?
Este tipo de eventos tienen gran efectividad y a menudo constituyen una oportunidad única en la empresa para reunir en un mismo lugar a todos los colaboradores. Por ello, es por lo que es necesario cuidar al máximo los detalles en una acción interna, y no sólo en lo referente a la logística y organización, sino también en cuanto a la comunicación interpersonal y la motivación. Indudablemente, estas actividades pueden completar y mejorar, las relaciones entre jefe y colaborador, pero nunca sustituirlas.